Fuente ScifiWorld

Andrew Stanton regresa, tras asombrar a medio mundo con "Buscando a Nemo", con una historia que cautivará tu imaginación y te recordará lo hermosas que son las estrellas.

En el año 2700, el robot Wall-E pasa su tiempo haciendo las tareas para las que fue inventado. Pero un día, repentinamente, descubrirá que puede hacer otras cosas...

Impecable homenaje a Arthur C. Clarke:

Supongo que hay dos tipos de personas, los que leyeron a Arthur C. Clarke porque un cuento suyo dio origen al guión de 2001 de Stanley Kubrick y los que fueron a ver la película porque estaba basada en una narración de Clarke. Pertenezco al segundo y probablemente minoritario grupo. Había descubierto a Clarke a mis 15 años, por un relato suyo -Los nueve mil millones de nombres de Dios- incluido en El retorno de los brujos de Louis Pauwels y Jacques Bergier (en ese mismo libro también tropecé para mi felicidad con El Aleph de Borges). Y a partir de ese momento procuré leer todo lo que se ponía a mi alcance de él, fuese ficción o profecía ensayística.
Lo más curioso de esa afición es que Arthur C. Clarke representa el tipo de ciencia-ficción que habitualmente no ha solido gustarme, la de base más científica o aun tecnológica. Yo siempre he preferido las novelas con monstruos y extraterrestres aunque no tengan ciencia y apenas conciencia. Pero siempre hay excepciones. Por ejemplo, la novela Las arenas de Marte -publicada en aquella admirable colección Nebulae que fue la Austral de la ciencia-ficción- es una narración carente de color pulp y por supuesto de romanticismo a lo Bradbury, pero apasionante y perfecta en su estilo hiperrealista. Aún mejor es Cita con Rama, donde los extraterrestres sólo son puro "diseño inteligente" aunque no del que tanto le gusta a George Bush y compañía. En cuanto a El final de la infancia, ya más del estilo nave-misteriosa-con-bicho-dentro, baste decir que es una de las parábolas más divertidas e inteligentes escritas el pasado siglo. Atributos que comparten, en tono aún más jocundo, los Cuentos de la posada del Ciervo Blanco. De modo que 2001 está muy bien, pero Clarke podría haberse abierto paso aun sin ayuda de Kubrick por méritos propios.

Imagino, claro está, que algún pelmazo aprovechará la ocasión de la muerte de Clarke para recordarnos que eso no es literatura. "Eso" es lo que han hecho Clarke, Bradbury, Isaac Asimov, A. E. van Vogt, Poul Anderson, Robert A. Heinlein, Brian W. Aldiss, Zenna Henderson y otros enemigos del buen gusto y la preceptiva literaria. ¿Malos escritores porque no se parecen a Proust o Thomas Mann? En el mismo sentido que Bob Dylan es un mal cantante porque no juega en la misma liga que Pavarotti. El mundo está lleno de literatos serios cuyas obras olvidamos en cuanto volvemos la última página de sus libros -en el caso de que lleguemos hasta ahí- que miran por encima del hombro a los frívolos autores cuyas invenciones nos acompañan una vez leídas toda la vida. Si quieren repasar las joyitas selectas de bastantes de ellos les aconsejo la antología de cuentos Obras maestras de la ciencia-ficción, preparada por Orson Scott Card (Ediciones B). Tampoco faltan las aportaciones españolas al género. Quizá la figura más veterana y respetada en este campo sea Domingo Santos, editor, escritor y agitador cultural desde hace muchos años (yo recuerdo su Nomanor, una especie de Conan al hispánico modo). Acaba de publicar El día del dragón (Ediciones B), una distopía catastrofista un poco demasiado sociológica para mi gusto, pero no carente de interés.

Lo más hermoso de la literatura es que constituye una farmacia donde hay remedios para todos nuestros males (salvo la muerte) y tónicos de todo tipo e intensidad. Sólo los pedantes desdeñan a la humilde aspirina porque no cura el cáncer... Arthur C. Clarke fabricó algunas pócimas para esa dolencia extraña, la nostalgia del porvenir. Y quienes hemos recurrido más de una vez a ellas no queremos despedirle sin que le acompañe nuestra gratitud.

Fuente El País

De esta forma, se solventan los problemas de plazos de envío de la impresión bajo demanda , a la vez que se permiten formas de pago adicionales, como la transferencia bancaria o el contra reembolso.
La entrega es la habitual en la Editorial Silente: mensajería de MRW en uno o dos días.
Desde aquí mi agradecimiento a Pedro García Bilbao, que me da una oportunidad más.



Y, en unas semanas, ¡TAMBIÉN EN LA TIENDA CYBERDARK!

Basta con que copies el siguiente código en tu página web o en una sección de código html de tu Blog.
Cada semana cambiará la imagen de la Tira.

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<b>La tira de la Saga</b>
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<b>La tira de la Saga</b>
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Si tienes cualquier duda, escríbeme a santyago.moro@gmail.com

Mi amigo Yosu me propuso realizar la portada de la recopilación de relatos de Ciencia Ficción que él y otros autores han preparado.
Cuando la adquiera, incluiré la oportuna reseña, en la que, por supuesto, mencionaré la maravillosa ilustración de portada...

Pincha sobre la imagen para VERLA A MAYOR TAMAÑO

Puedes ojearla o adquirirla pinchando aquí

Ya se puede acceder a conocer algo más del universo de las Crónicas de la Federación, cuya tercera novela está en fase de escritura y tengo ya más o menos pensado que nos contará la cuarta

ACCEDE A LA WEB DE LAS CRÓNICAS DE LA FEDERACIÓN

Basta con que hagas un pequeño test (está en inglés). A mí me ha salido Luke Skywalker, también conocido como "lucas recorrecielos"...

Baile de locos cierra la trilogía (si es al final sólo trilogía, que todo puede pasar) que, dentro del magnífico universo de Unicorp, comenzó con La embajada y continuó con Asedro. En realidad, no se trata de continuaciones, secuelas o hurgar un poco más en el filón de una buena historia inicial, sino de que cada novela supere a la anterior y exista porque -disculpas por el fácil juego de palabras- hay más que contar, no porque se quiera contar más de lo mismo.
Eduardo Gallego y Guillem Sánchez nos demuestran en Baile de locos que dominan ya a la perfección su descarnada y ácida ironía, su capacidad de "enganchar", su humor inteligente y sus guiños incesantes: a la Ciencia Ficción y a la propia sociedad.
De nuevo, el inefable Beni Manso protagoniza una aventura que irá ampliando su horizonte, pasando de una escaramuza local, que promete resolverse con cuatro disparos y dos ideas geniales, a una nueva amenaza para la Corporación en la que tendremos que pasar momentos de angustia en los que nos sintamos incapaces de imaginar un final medianamente feliz.
Sobre Beni Manso... mejor ver (leer) en la novela cómo le ha influido el paso del tiempo a este personaje genialmente descrito, con sus dualidades y conflictos internos y su perenne "suerte de mierda", como diría el mismo, al más puro estilo del protagonista de una buena película de cine negro
Junto a él, además de una vieja conocida que ya nos deleitó en Asedro y la incombustible presidenta Jansen, el histriónico y delicioso Demócrito; No voy a hablar del más hilarante, filosófico, efectivo y pedante ordenador cuántico de la Historia porque lo mejor es conocerle sobre el terreno.
Con toques que nos recuerdan a la puesta en escena de En busca de los antiguos dioses y a La embajada, la primera novela de la trilogía, Baile de locos tiene todos los ingredientes para entretener, hacer vibrar y transportarse al universo que describe la novela, que no por imaginativo resulta menos verosímil.
Quizás, únicamente por poner un "pero", la aventura paralela de los dos espías enviados a lo que fue la sede del Imperio podría ser prescindible, no por que no sea interesante, sino porque, desde mi punto de vista, no aporta demasiado y nos deja "con el corazón en un puño" sin saber cómo va a salvarse Beni, nuestro auténtico protagonista.
Magistral la descripción de los nuevos Aliens...
Como cualquiera de las obras de esta genial pareja, Baile de locos no es únicamente recomendable, sino que me atrevería a decir que resulta indispensable para quien quiera deleitarse con una Ciencia Ficción fresca, actual, irónica y con una fuerte carga de imaginación.
¡Ojalá no sea cierto que es solamente una trilogía!...

Puedes ojear y comprar las novelas de Unicorp en este enlace